El tortazo de Will Smith

¿Quién no ha escuchado alguna vez la famosa frase?: piénsate bien lo que dices o haces, y respira antes de hacerlo, no te vayas a arrepentir el resto de tu vida.

Cuando pienso en el tema que hoy abordo en el nuevo post, siempre me viene a la cabeza el recuerdo de mi querido amigo Roberto Alonso hablando en uno de los muchos retiros benéficos en los que ha asistido como ponente, para nutrirnos con sus conocimientos sobre psicología. En este en concreto, citó al gran Daniel Kahneman, un famoso psicólogo y profesor de Psicología en la Universidad de Princeton, especializado en psicología cognitiva y autor del libro «Pensar rápido, pensar despacio».

Roberto Alonso usó a Kahneman para ilustrarnos sobre cómo funciona la mente de las personas y en qué nos basamos al tomar decisiones. El autor resume sus investigaciones sobre estas cuestiones.

“Somos irracionales y tomamos decisiones en pocos segundos, lo que, muchas veces, nos conduce a errores”.

Kahneman distingue dos modos de pensamiento:

El pensamiento rápido que es automático, emocional, no requiere esfuerzo mental y saca conclusiones de manera automática. Es el responsable de crear sensaciones, intuiciones e intenciones erróneas.

El pensamiento lento que es reflexivo y racional. Aunque es el responsable de las actividades mentales que exigen más esfuerzo, suele estar en modo de mínimo esfuerzo y sólo se activa ante actividades que requieren un esfuerzo mental.

El primero crea conclusiones de forma automática mientras que el segundo nos da respuestas conscientes, y a los seres humanos, nos gusta sentir que somos racionales, por eso solemos pensar que el pensamiento lento prevalece sobre el rápido. Pero lo cierto es que no es así.

Recuerdo como ahora mismo cuando citó el ejemplo del gran futbolista Zidane. Un deportista que ha cosechado una brillante carrera haciendo hazañas en el mundo del deporte y, sin embargo, siempre será recordado por aquel desafortunado incidente en el cual, propinó un cabezazo a Materazzi en la final del Mundial de Alemania.

Hace relativamente poco, el mundo fue testigo de un hecho muy parecido en la entrega de los Premios Óscar: el tortazo de Will Smith a Chris Rock.

En ambos casos, toma las riendas de nuestro comportamiento la impulsividad, que es un rasgo de la personalidad caracterizado por la reacción rápida, inesperada y desmedida ante cualquier situación.

Este concepto constituye uno de los rasgos de personalidad más predominantes de nuestra sociedad. A nivel general, lo podemos definir como la predisposición a actuar o reaccionar de forma rápida, espontánea o inesperada ante estímulos o situaciones externas o internas (del propio individuo) sin existir una reflexión previa acerca de las posibles consecuencias de los comportamientos adoptados.

En algunos casos, se puede manifestar como una condición aislada, mientras que en otros puede ir acompañada de otras condiciones psicológicas más o menos relacionadas.

Aunque inevitablemente el término posea una cierta connotación negativa, podemos distinguir una impulsividad funcional y otra disfuncional. Así, hablamos de la primera cuando la situación implica, en algunos casos, un beneficio personal, lo cual supone un proceso previo, aunque sea breve, de toma de decisión con riesgo calculado (¿Quién no lo hace, lo ha hecho o lo hará?).

Si hablo de este tema en este post es porque mi vida, hasta que llegué a cosechar un gran número de decepciones y errores, se movió por estos terrenos y aun hoy día, de vez en cuando, aparecen atisbos de aquellos momentos que, con ayuda de ciertas herramientas y la experiencia, suelo controlar (no siempre, la verdad sea dicha).

Por otro lado, la impulsividad disfuncional es la que describimos al inicio del post y se relaciona con la tendencia a tomar decisiones irreflexivas y rápidas cuando las situaciones no lo requieren, siendo esta estrategia poco óptima y conllevando consecuencias negativas para la persona.

Dentro de la impulsividad disfuncional nos encontramos con diferentes trastornos, y uno de ellos es el trastorno explosivo intermitente que se caracteriza por explosiones de agresión impetuosas, repetidas y desproporcionadas.

Los que me conocen saben que soy persona de buscar soluciones en lugar de problemas, y que me gusta ser parte de la solución y no parte del problema. Por ello, siempre he estudiado las posibles formas o recomendaciones que la psicología, el Yoga y otras muchas disciplinas nos ofrecen para poder para hacer frente a esta problemática.

Y entre ellas están el pensar antes de actuar, aumentar la tolerancia a la frustración, las diferentes técnicas de relajación y la meditación.

Si he de decantarme por una de ellas, lo haré por la meditación, ya que esta nos ayuda a ser más ecuánimes y comedidos en la toma de decisiones.

Hace tiempo leí que el simple hecho de centrarse en la respiración (una muy buena técnica de meditación que explico en todos los cursos y talleres) hace que aumente el grosor y mejore el funcionamiento de la corteza prefrontal dorsolateral en tan solo unas semanas de práctica.

Esta estructura se relaciona con el comportamiento social y la conducta individual. Proporciona comprensión a largo plazo. Las personas con alteraciones en la corteza prefrontal se caracterizan por tomar decisiones que son muy gratificantes, aunque tengan la certeza que a largo plazo las consecuencias de estas sean muy negativas. Una de las funciones principales de la corteza prefrontal es la intuición.

¡Aquí me empezaron a encajar todas las piezas del puzle! Tomar decisiones conscientes y comenzar a mirar hacia dentro (intuición) son dos cosas maravillosas que recomiendo no solo a Zidane y a Will Smith, sino a todo el mundo, a pesar de que se desarrolle mucho la corteza prefrontal y por ello, muy probablemente, llegues a tener una frente tan amplia como la del que suscribe.

Por cierto Will Smith después de su desafortunado incidente viajó a Bombay a visitar a su Gurú, ¿tendrá esto algo que ver con la meditación?

Me despido hasta el siguiente post, recordándote que nadie, absolutamente nadie, es dueño de la verdad absoluta. Lo verdaderamente importante es experimentar.

                                                                         Hari Om