El Blog de Sankalpa Yoga. Lokah Samastah Sukhino Bhavantu

Muchas son las personas que me preguntan por el significado de este mantra. Y a mí particularmente me da pie a muchas y muy diversas explicaciones pero quizá, la que mejor justifica mi predilección por él es que es uno de los primeros mantras que mi vibración reconoció. Sí, habéis oído bien, mi vibración lo reconoció como afín y como familiar y rápidamente mi mente lo integró.

Los seres humanos vibramos en una determinada frecuencia de onda que se puede medir en hertzios. Nuestro ritmo intestinal o la fuerza de frotación que ejercen los líquidos al pasar por nuestros vasos sanguíneos entre otros, provocan una determinada frecuencia. Esto no es algo abstracto ni esotérico, esto es física pura y dura. Por esta razón nos sentimos cómod@s con algunas personas y no con otras, y del mismo modo, hay instrumentos musicales que son más agradables a nuestro oído que otros, o incluso el mismo instrumento, haciendo sonar una melodía en diferentes escalas es más agradable que en otras.

Aunque este mantra no aparece ni en el Rig Veda ni en los Upanishads, se lleva aplicando siglos en la tradición oral y se mantiene vigente por ser un deseo o plegaria que lleva implícito un deseo de paz y armonía para todos los seres, sin distinción alguna de color, etnia, religión o credo. Los sonidos que provocan su vocalización le convierten en una potente plegaria o petición. En mi caso, un sankalpa personal. Es fácil pronunciarlo de forma frívola cuando nos encontramos en una situación cómoda en la que disfrutamos de nuestra propia naturaleza, lo que en términos sánscritos se denomina “sat-chid-ananda”. Pero lo verdaderamente importante desde mi punto de vista, es pronunciarlo con intención, independientemente de cuál sea nuestra situación en ese momento, convirtiéndolo así en una práctica habitual.

Y llegados a este punto, surge la eterna pregunta: ¿cómo hago para crear nuevos hábitos saludables?, ¿cómo hago para integrar este tipo de conocimientos y aplicarlos en mi día a día?

Para poder conectar con uno mismo y poder experimentar un mantra como una realidad gozosa y placentera, no hay que "hacer yoga". Hay que integrar sus enseñanzas como una forma o filosofía de vida. Humildemente pienso que la espiritualidad debe estar presente en nuestras vidas sin confundirla con la religión. La religión predica que “si  tu comportamiento no es el adecuado, bajarás a los infiernos”. La espiritualidad está creada para aquellos que ya conocemos el infierno en forma de malestar, vivencias dolorosas, pérdidas y otras muchas, y con su práctica queremos alejar el sufrimiento de nuestras vidas. El vivir de forma espiritual por lo tanto, hará que nos vayamos transformando y purificando desde fuera hacia dentro como hacemos con nuestra alimentación o con el ejercicio físico, porque sin darnos cuenta, estos últimos conforman nuestro estilo de vida y para mí, son en sí mismos Yoga.

Por lo tanto, si mi aportación sirve de algo, es que los seres humanos deberíamos adoptar una forma de vida yóguica que no consista en limitarse a "hacerlo" tres días a la semana, teniendo presente que para ello no es necesario ni renunciar a nuestra alimentación actual, ni apartarse a una cueva escondida, ni tan siquiera adoptar dogmas impuestos o vestir de un determinado modo… es mucho más fácil que todo eso si realmente estas dispuest@ a afrontar el reto.

Espero que este post despierte vuestra curiosidad y os haya gustado. Y no me despediré sin deciros que nadie, absolutamente nadie, es dueño de la verdad absoluta, y lo verdaderamente bello es experimentar.

Hari Om